jueves, 2 de octubre de 2008

La llave de la felicidad

Ya la encontré.

Este año, como me he hecho mayor, empecé una nueva vida. Abondoné el campo en el que me crié para pisar el duro asfalto de la ciudad. Estar un lugar que no conocía, vivir rodeado desconocidos, estudiar cosas que ignoraba. Mientras viajaba en el autobús hacia Salamanca, creo que comprendí cómo se sentía Chihiro al viajar en el tren de medio trayecto. Nada más salir de la ajetreada estación, esa llave estaba ahí, delante de mis narices, aunque al principio no podía creerlo.


Y luego dicen que el dinero no da la felicidad. Y encima es de plata.

La llave de la felicidad es así:



Esquema de la llave de la felicidad


Menos mal que Quino sí que sabe dónde está.

miércoles, 1 de octubre de 2008

wake... ... ... when... ... ... ... ends



summer has come and passed
the innocent can never last
wake me up when september ends

like my fathers come to pass
seven years has gone so fast
wake me up when september ends

here comes the rain again
falling from the stars
drenched in my pain again
becoming who we are


as my memory rests
but never forgets what I lost
wake me up when september ends

summer has come and passed
the innocent can never last
wake me up when september ends

ring out the bells again
like we did when spring began
wake me up when september ends

here comes the rain again
falling from the stars
drenched in my pain again
becoming who we are

as my memory rests
but never forgets what I lost

wake me up when september ends

summer has come and passed
the innocent can never last
wake me up when september ends

like my father's come to pass
twenty years has gone so fast
wake me up when september ends
wake me up when september ends
wake me up when september ends


... ... pom pom... ... bum... ... ...






y me pregunto si un recuerdo
es algo que tienes
o que has perdido

(woody allen)




silencio.






sábado, 19 de julio de 2008

Sen to Chihiro no kamikakushi

No se me ocurre comparación mejor que entre El viaje de Chihiro y La flauta mágica de Mozart. Sen to Chihiro no kamikakushi es realmente una de esas películas “para niños” que tienen un mensaje profundo, pero es que de verdad lo es y lo tiene.

Me he fijado en el “polémico” sincara, al que bien podríamos llamar “sinnombre”, siguiendo el influjo de Terramar y teniendo en cuenta que no se pronuncia su nombre en toda la película, con lo importantes que son.

Bien, para mí el sincara sí que es algo así como la avaricia y tal, pero constituye una alegoría mucho más compleja. En la Casa de Baños se ha establecido una auténtica sociedad de clases con sus superestructuras (“superestructura” por lo que dice Marx), un “sistema” productivo en el que los trabajadores han sido cosificados, desprovistos de una personalidad propia, qué mejor para darse cuenta de esto que el saber que han perdido sus nombres, y que Yubaba (en la cúspide de esta sociedad que Miyazaki aísla y analiza, la jefa, la burguesa, la que obtiene el beneficio que producen sus trabajadores, la que los explota, la que ha sido consumida por ese afán de tener el máximo beneficio o plusvalía y la máxima cantidad de oro) les ha otorgado otro, el que ella ha querido. Es decir, la Casa de Baños representa a la sociedad o el sistema capitalista.

El sincara surge en medio de esta auténtica sociedad como un producto suyo (ya comenté mis sospechas acerca del “pozo sin fondo” al que arrojan a Chihiro y al dragón, donde me parece que hay sincaras, pero esto ahora mismo no es tan importante), es una nueva realidad en la que se ven embaucados los trabajadores de este sistema que se aprovecha de ellos y los atrapa, los ata a su trabajo para poder sobrevivir (literalmente: “Si quieres sobrevivir aquí, tienes que trabajar”, o Yubaba podrá convertirte en un cerdo). Como ya he dicho, son cosificados, y se convierten en “una parte más de la máquina” de producción: aquí vemos ya una clara referencia a la teoría marxista, la alienación o deshumanización de los trabajadores por culpa de un sistema de producción mal planteado, un sistema que no está al servicio de los hombres, sino que son los hombres los que están al servicio del sistema.

Pero algunos de los proletarios miran a “los de arriba” con envidia, y ansían tener tanto poder y dinero como ellos (como Yubaba, y, sobre todo, como los dioses a los que sirven y que “consumen” sus servicios), lo que creen que les hará felices: identifican felicidad y poder económico.

El sincara no es más que la materialización de este deseo de tener un gran poder; ¡así haré lo que me dé la gana! Pero Miyazaki se ocupará de argumentar que esto no conduce a la verdadera felicidad. Como dice en una entrevista: “El sincara les da oro a los personajes, pero ¿le hace realmente felices?”. No. Más bien hace surgir en ellos un insaciable deseo de más.

Pero ¿qué es “este deseo” que representa el sincara? He dicho que “el deseo de tener un gran poder”, pero más bien el sincara es algo ambiguo, indeterminado, que puede ser bueno o malo, como bien demuestra a lo largo de la película. El sincara puede ser, simplemente, el deseo de ser feliz. Pero este deseo se ve contaminado en una sociedad como es la Casa de Baños, capitalista (influencia marxista clarísima): es decir, la identificación felicidad-dinero sólo se da en una sociedad como la Casa de Baños. Por eso el sincara “Sólo es malo en Casa de Baños”.
Cuando el sincara sale de esa sociedad, es cuando ya no es malo: el sincara depende de la sociedad que lo rodea.

Si se ha leído “Cuentos de Terramar”: Miyazaki da un paso más allá que Úrsula K. le Guin y “humaniza” al propio sincara (o sin nombre, guardando las distancias), convirtiéndolo en una dicotomía en sí misma, bien y mal dentro del propio Sin Nombre, no como en el primer libro de los Cuentos de Terramar, en el que el sin nombre es “el mal” y Ged es “el bien”, aunque luego se demuestre lo que los que se lo han leído sabrán (decir, eso sí, la influencia de Úrsula K. le Guin en este punto del sincara es alucinante por lo fuerte que es).

El sincara, cuando se ha comido (ha poseído, ha corrompido) a algunos habitantes de la Casa de Baños, antes los ha ofrecido oro (--> capitalismo), que ellos se apresuran a coger con avaricia. Rana es la más vulnerable, o eso es lo que se da a entender; se ve constantemente su avaricia, pero, sobre todo, parece la más explotada de todos en su trabajo, podríamos decir la más desgraciada, lo que la ha convertido en la que más ganas tiene de un poquito de poder, de oro (es el “efecto muelle”: cuanto más presionas a alguien más alto salta después). Cuando el sincara se ha comido a alguien (y, por tanto, se ha materializado el deseo de poder –económico– de ese alguien, que lo quiere como un medio para ser feliz, aunque esa manera es equivocada, como ya se ha dicho), éste se ve en una posición en la que puede hacer prácticamente lo que quiera, y hacer todo el oro que quiera. Entonces, lo que hace Miyazaki es experimentar con sus personajes y ponerlos en esta posición en la que “han caído” tras ser devorados por el sincara (aunque pueda parecer que “han subido” o “ascendido” de alguna manera los personajes tras ser comidos por el sincara, lo cual es falso). Pero ocurre que sus personajes se han convertido en esclavos de sus erróneos deseos producidos por culpa de una sociedad capitalista que “degenera” a las personas, y están tan presos de ellos como que han sido literalmente devorados, fagocitados por una especie de masa que crece gracias al oro que produce y a expensas de las personas que lo aceptan, que a partir de ese momento se ven ahogadas (literalmente) por lo que “su” sincara come, se han convertido casi en un monstruo, no, en un verdadero monstruo que sigue devorando y creciendo, ansioso de más y más.

El sincara cuando se ha comido a alguien me recuerda a los padres de Chihiro al principio de la película, que también se convierten en “monstruos” y que comen todo lo que quieren con la excusa de “tener dinero”, y entonces engordan muchísimo (Miyazaki tiene una obsesión de identificar a los personajes “obesos” o “gordos” con comportamientos “malos”, o que a él no le parecen correctos); están “contaminados” por esa sociedad capitalista que ya es prácticamente mundial (el audi, la tarjeta de crédito y el efectivo...), globalizada, podríamos decir. Pero es que, en ese mundo al que han llegado, las tarjetas de crédito no sirven de nada, ese mundo tiene “sus propias reglas”, como dice Yubaba. Es el choque de una sociedad capitalista de la que vienen los padres con una sociedad en la que su dinero no vale, y los padres son castigados por creer que esto es así. Vamos, que no caigamos en el error de pensar que los valores y principios de la sociedad capitalista son absolutos: el sistema capitalista no es universal, existen cosas distintas, y es corruptible, no inamovible (esto lo digo casi más por Marx, pero creo que se entiende lo que digo: los padres, acostumbrados a poder hacer cualquier cosa pagando dinero, caen en el error de pensar que todo el mundo es así, pero de repente se encuentran con una situación que no se puede resolver con “tarjeta y efectivo”). Los padres de Chihiro, según Miyazaki, son los únicos personajes de la película que están presentados de forma maniqueísta (sólo se expone lo bueno o malo de ellos, en este caso lo malo, evidentemente).

Antes de nada, una aclaración: la teoría de Marx está encuadrada en unas circunstancias sociales e históricas muy específicas y es básicamente un conjunto de ideas que ofrecen cierta imagen de la realidad que le tocó vivir y que conscientemente inspiraron la lucha de los movimientos obreros para transformar una situación injusta de explotación; Miyazaki está claro que no puede ser un marxista puro o “a la vieja usanza”, sino que adapta su influencia marxista al mundo actual. En los padres de Chihiro, de los que acabo de hablar, se ve esto bien. Pero también en que Miyazaki no manda un mensaje de revolución obrera, ni nada parecido, sino otro tipo de mensaje, en el que propone otra forma de vida a la imperante hoy en día, a la que se está extendiendo con tanta rapidez. Hay que tener en cuenta que Miyazaki ha vivido muchos cambios (políticos e históricos) en su vida.

Cuando el sincara se va a la casa de Zeniba, sale de la sociedad capitalista, no hay dinero, ni esas reglas. El sincara sale de un tipo de sociedad, la capitalista, para llegar a otro tipo distinto de sociedad, que podríamos considerar comunista o anarquista (como la anarquía de Rosseau, para él el hombre es bueno por naturaleza, aunque mejor será no meterse con esto, porque para Miyazaki el hombre es una dicotomía, decíamos), que es un medio o sistema en el que el sincara se vuelve bueno y es capaz de ayudar. El producto de esa otra sociedad es un sincara que ayuda al hombre en su tarea, incluso en su trabajo, que no lo deshumaniza. Y aquí tenemos una referencia a la teoría marxista clarísima: las superestructuras que crea la sociedad capitalista son unas herramientas que son utilizadas para mantener ese sistema injusto de explotación del hombre que no hace más que oprimirlo y deshumanizarlo, impidiendo que se desarrolle como tal; pero en el sistema comunista que propone Marx, las estructuras y superestructuras que se crean sirven para ayudar al hombre y ayudarle a que se desarrolle y alcance su plenitud mediante el trabajo. Es exactamente lo que hace el sincara: en la sociedad capitalista de la Casa de Baños, deshumaniza, devora, es malo; en la sociedad de Zeniba, el sincara, literalmente, ayuda con el trabajo, y se queda ahí de ayudante.

Interesante también es analizar a la pareja Yubaba-Zeniba. Son en realidad una misma persona que se desarrolla en dos medios distintos: un sistema capitalista por un lado (Yubaba), y una sociedad anarquista o comunista (Zeniba). El mismo Miyazaki dice que en el fondo Yubaba y Zeniba son en realidad como la misma persona. Así, Miyazaki nos muestra el impacto que tienen sobre una misma persona dos medios de producción o sistemas diferentes. Pero tened en cuenta una cosa: en ninguno de los casos una es “buena” y la otra “mala”, lo que ya se ha repetido muchas veces, sino que son diferentes, y ya está, pero dentro de cada persona conviven el bien y el mal siempre.

Miyazaki nos está diciendo cómo sobrevivir o sobrellevar esta vida, que, en el fondo, es buena (“al fin y al cabo, este mundo es un buen lugar donde vivir”, dice Miyazaki), pero tenemos que encontrar nosotros esa parte bella, agradable y buena de la vida, y encontrar otro ideal de vida fuera de la sociedad capitalista y en el que esté icluído el amor como el más poderoso medio para escapar o combatir esta sociedad que no está bien, o, mejor dicho, para ser felices. La sociedad capitalista seguirá existiendo (puede que no siempre, pero sí que le queda un largo período de vida), por eso Miyazaki nos da unas pautas para ser felices dentro de ella, no es una sociedad mala, solamente depende de qué camino elijamos para vivirla. Su ideal de vida lo expresa a través de Zeniba.

(Aunque, y al margen de Sen to Chihiro, hay algo que siempre, independientemente de todo, es malo: la guerra, pues en ella no hay buenos y malos [“¿Son de los nuestros?” “Qué importa eso”, responde Howl a Sophie]: hay malos o personas con miedo o confundidas y mandados o tontos [en La princesa Mononoke el cazador Yigo se describe a sí mismo al final de la película: no es malo: es tonto, porque es un mandado que sigue las órdenes del emperador sin cuestionarlas y sin pensar si lo que hace está bien o mal; el emperador, por su parte, es el malo de la película realmente, o mejor: es alguien que teme a la muerte –en estos momentos me doy cuenta de lo necesario que es leer el manga de Nausicaä y los libros de Terramar– y por eso hace todo ese daño, para evitarla a toda costa, su miedo ha provocado la barbaridad que vemos en la película, pero esto nunca se llega a saber] aunque concepción de la guerra como algo que hay que evitar a toda costa y mal supremo es sobre todo de las primeras obras de Miyazaki (lo que nome extraña nada, vivió la II Guerra Mundial), y se ve una evolución en el manga de Nausicaä desde sus principios en los que el rechazo a la guerra es enorme hasta un final en el que la guerra es algo incluso necesario, es como la revolución del proletariado marxista [guardando las diferencias] que necesita la sociedad para cambiar.)

¿Por qué Chihiro puede rechazar al sincara? Aquí es donde estoy menos seguro. Puede ser porque Chihiro es una niña, y alguien tan pequeño no está todavía metido en este sistema capitalista, a tan temprana edad: lo que está haciendo es preparándose para entrar, muy pronto tendrá que decidir: coger el oro, o rechazarlo. Cuidado: no confundamos “coger el oro” con “entrar en la sociedad capitalista”; Chihiro ya está dentro de la sociedad capitalista, lo que tiene que elegir ahora es si buscar la felicidad que todos perseguimos en el oro (como parece que hacen sus padres), o, por el contrario, darse cuenta de que hay cosas más importantes y buscar la felicidad en ellas: la principal y que Miyazaki destaca sobre las demás, el amor, junto con la amistad, pero hay más (serían los ideales de la vida de Zeniba, muy especialmente una vida en sintonía con la naturaleza y el siempre adorado por Miyazaki tranquilo campo).

Esto es lo que aprende Chihiro en ese mundo: iba por el camino de coger el oro, guiada por sus padres (sólo se presenta lo malo de ellos, como ya se ha dicho anteriormente), pero sale de él no sé si más madura (hombre, vivir esa experiencia aunque no te acuerdes de ella –“todo lo que sucedió nunca se olvida, aunque tú no puedas recordarlo”, dice Zeniba– siempre tiene que ser una experiencia positiva, por supuesto), pero sí dándose cuenta de que hay cosas más importantes, que “una rosa SÍ es un ramo”.

Los padres de Chihiro le dan a ésta una valiosa lección: cuando se convierten en cerdos, Chihiro se da cuenta de adonde les ha llevado su mentalidad. Como he dicho antes, los padres estaban acostumbrados a que todo tuviese un precio, están totalmente habituados a su sistema capitalista, pero Chihiro, una niña pequeña, todavía no ha tenido tiempo para aplicar esa generalización y no está segura de que lo que estén haciendo allí (comiéndose esa comida que podría ser para cualquier cosa y, que de hecho, no es para ellos) sea correcto. Sus ojos de niña captan el lugar como algo extraño, “no normal”, y decide explorar. Cuando regresa, ve que la confianza de los padres en el dinero (que luego volverá a ver en el oro del sincara, pero ya con otros ojos) les ha llevado a convertirse en cerdos, y siente miedo. Miedo de esa actitud, miedo de adónde le puede llevar el camino de sus padres: no quiere caer en la misma trampa con el sincara. Por eso rechaza su oro: ha comprobado empíricamente lo que puede suceder a quien piensa que todo lo puede el dinero, a quien quiere conseguir la felicidad gastando más, teniendo un audi o con preciosos pendientes, caros pintalabios, muchas horas de peluquería y potingues.

Supongo que, rechazando al sincara, Chihiro está rechazando lo que le ofrecían sus padres. Chihiro desde el principio se nos presenta como una niña caprichosa y malcriada (su “una rosa no es un ramo” habla por sí mismo; qué importa la cantidad de flores, lo realmente importante es el mensaje y que esa persona que te la ha regalado te aprecia), y sus padres eran un sincara en potencia: seguramente le podían dar todo lo que querían, como hacen los ricos con sus hijos, los somenten a un sobreproteccionismo y les dan todos los caprichos que pueden. En este punto, Chihiro se identifica con Bebé, quien representa esta situación llevada al extremo, hasta sus últimas consecuencias; supongo que Chihiro no desea ser como él, y es en ese momento cuando por fin se da cuenta. ¡Menuda cárcel la de Bebé! Es lo que hacen los que llamaré “los ricos” que colman de caprichos y comodidades a sus hijos: crearles una lujosa cárcel, pero, al fin y al cabo, una cárcel.

Identificaciones de personajes y objetos a lo largo de la película. En Sen to Chihiro no kamikakushi se repiten muchas veces las cosas de dos formas distintas: al principio de la película y de forma concisa, rápida y perfecta se hace un excelente bosquejo de la situación de Chihiro y aparecen las primeras nociones de esa sociedad actual en la que se desarrolla su vida. A medida que avanza la película y Chihiro va entrando en ese mundo, se vuelve a hacer referencia a las mismas cosas, pero esta vez desde una óptica muy distinta. Se ha aprendido. Es decir, El viaje de Chihiro es una película en la que se aprenden los valores y conceptos con los que se juega, no se imponen o se adivinan. Aquí algunas de las correspondencias entre personajes u objetos a lo largo de la película:
Chihiro – Bebé
Padres de Chihiro – Sincara
Yubaba – Zeniba
Tarjeta y efectivo con los que comprar cualquier cosa – Oro del sincara con el que conseguir cualquier cosa en el balneario
Ramo de rosas (“Una rosa no es un ramo”) – Tarjetas para los baños (“Sólo necesitaba una”)
La coleta antigua (fijo que comprada) – La coleta nueva (hecha con el trabajo y esfuerzo de sus amigos)
El trabajo y estilo de vida en Yubaba – El trabajo y estilo de vida en Zeniba
El viaje en coche hasta el túnel – El viaje en tren hasta el fondo del pantano (???)


El viaje de Chihiro se nos revela como una película que nos dice que esta sociedad, aunque no es la mejor, es “un buen lugar donde vivir”, y que nos transmite las ideas de Miyazaki para que vivamos de una buena manera y seamos felices (mediante el amor, la amistad, la confianza, los proyectos comunes, la ayuda a los demás, el vuelo...). Va especialmente enfocada a los niños, como futuros habitantes y mantenedores de este tipo de sociedad capitalista (Miyazaki dijo que esta película estaba especiamente dirigida a niños de 9-11 años, porque se fijó que había muy pocas películas para ellos, y que los tuviesen como protagonistas [supongo que muchas veces los protagonistas son más pequeños o mayores, sobre todo antes de 1999]), para que puedan ser felices dentro de ella y ayuden a los sincara a ayudar en vez de a deshumanizar.

lunes, 30 de junio de 2008

Para los nocilleros, aquí unas viñetas con sabor a crema de cacahuete:



http://s301.photobucket.com/albums/nn63/Khris917/?action=view&current=Uno.jpg



http://s301.photobucket.com/albums/nn63/Khris917/?action=view&current=Dos.jpg



http://s301.photobucket.com/albums/nn63/Khris917/?action=view&current=Tres.jpg



http://s301.photobucket.com/albums/nn63/Khris917/?action=view&current=Cuatro.jpg



¡Pero cómo no te diste cuenta, Alex! Y pensar que el libro es tuyo...

Hablo de Bienvenido al mundo, un libro-enciclopedia del para mí ya genial dibujante/humorista/artista Miguel Brieva, que es quizás lo mejor que he leído en este año, una atrevida y perfecta mezcla de humor, dibujos, ironía y literatura (casi poesía), que se nos presenta a modo de enciclopedia universal, y en la que cabe de todo excepto la pasiva aceptación de las normas y los convencionalismos imperantes. Lo dicho, una obra de arte.

Estas viñetas son de ese libro, y no es que sean el mejor exponente de lo que nos podemos encontrar a través de sus páginas. Estas cuatro que pongo aquí son una excepción, no hay nada escrito fuera de una viñeta en ellas, pero tienen la peculiaridad de que es muy probable que Agustín Fernández Mallo se las haya leído. Casi que pongo la mano en el fuego.

O, si no, lo mismo se ha leído Cobijo, de Lloyd Khan, o ambas cosas.

miércoles, 25 de junio de 2008

El serbal

La lectura del tercer libro de Terramar, La costa más lejana (The farthest shore), de Úrsula K. le Guin, me recordó a este poema de Juan Ramón Jiménez:

¡Sí, cada vez más vivo
–más profundo y más alto–,
más enredadas las raíces
y más sueltas las alas!
¡Libertad de lo bien arraigado!
¡Seguridad de infinito vuelo!

Es genial...

Y es que si alguien quiere saber lo que es un símbolo, Terramar. Paso de poner información aquí porque ya hay suficiente por todos lados. Eso sí: le Guin se atreve con las preguntas más complicadas y elabora una respuesta, y es loable que el más antiguo de los libros de esta serie ha cumplido ¡40 añazos! No se mete con guerras interminables entre los pueblos y tal y cual, sino con unas más... personales, y otras son cuestiones humanas a gran escala y de gran trascendencia.

Os dejo con un fregmento del cuarto libro, Tehanu, tenéis la libertad de leerlo o no:

—Como echar un poco de agua —dijo él—, un vaso de agua en la arena. En la tierra yerma. Tenía que hacerlo. Pero ahora no me queda nada para beber. ¿Y de qué sirve, de qué sirvió un vaso de agua en todo el desierto? ¿Ha desaparecido el desierto acaso?... ¡Ah! ¡Escucha!... Solía susurrarme eso del otro lado de esa puerta: ¡Escucha, escucha! Y me marché a la tierra yerma cuando era joven. Y la encontré allí, me convertí en ella, desposé a mi muerte. Me dio vida. Agua, el agua de la vida. Yo era una fuente, un manantial vivo, generoso. Pero las fuentes están secas allí. Al final todo lo que me quedaba era un vaso de agua y tuve que vaciarlo en la arena, en el lecho del río seco, sobre las rocas en la oscuridad. De modo que ha desaparecido. Se ha acabado. Ya está hecho.

martes, 17 de junio de 2008

Esta luz y oscuridad está obsoleta.












¡Ésta es la nueva luz y oscuridad!







viernes, 13 de junio de 2008

La PAU no es terrible.

Qué curioso, ¿no?




Bueno, yo ya me pasé a saludar por el blog. No me lo puedo creer. ¡Agus -ahora le llamo así XD- ha escrito sobre nosotros en su blog!

Unos muchachos se acercan para que les firme un libro y para que les firme una dedicatoria, publicada en El Cultural, en la que yo dedicaba mi libro a Enjuto Mojamuto. Es decir, dediqué una dedicatoria. Un extraño loop.
Un extraño loop será cuando le pida que me dedique eso de ahí arriba, muajajaja!!!

sábado, 7 de junio de 2008

Feria del Libro • Madrid / 31-05-2008

«A Joaquín Reyes y a Enjuto Mojamuto.»
Amaral, Gato negro · Dragón rojo (agradecimientos)

(Sólo le faltaba estar pixelado para ser perfecto.)
Y es que el nuevo arte de principios del siglo 21 está hecho por Enjutos Mojamutos.
No sería de extrañar que pronto los libros se vendan en formato digital.
««–¿Has vuelto a leer algún libro de Raymond Carver?
–¿Leer? No, no leo, no (se pone a reír inesperadamente). Veo muchos DVDs.»
Entrevista a Daniel Johnston,
Rockdelux, n.º 231»
Agustín Fernández Mallo, Nocilla Dream
Como el libro de poemas Carne de Píxel, de Agustín Fernández Mallo, que no se encontraba por ninguna parte de la Feria, y está en DVD (pero los de la editorial DVD no tenían caseta, lástima).

martes, 20 de mayo de 2008

NaCl y HCl en disolución o comunión

Regaladle cualquier cosa. Una tele pantalla plana con DVD TDT incluída. No le regaléis un movil. Un móvil 3G enano de tarjeta. ¿Para qué va a querer el niño un MP4? Toma MP4 de 8 Gigas. Ya tiene una cámara. Vaya, una súper cámara de no sé cuántos Megapíxeles. Y por si acaso, otro DVD, esta vez portátil.

Vas a la Iglesia, y el cura te larga un discurso acerca de cómo será el Dios (en singular) de un agnóstico. ¡Que al menos sea ateo!, es la conclusión.

Y de noche, una visión. Me acuesto, alerta. Siempre quise evitar esto. Mi feliz ultra-ofrendado hermano Pablo en la cama de al lado, el móvil sobre la mesilla, la tele en la mesa, con el DVD enchufado, al lado su homólogo portátil, la camára en la silla, sobre el P4 8 Gb. El dinero tintinea en la hucha del piarata parche en el ojo sin pata de palo. Ya comienza. Por la rendija de la hucha comienza a surgir una creciente sombra, cubierta de algo parecido a purpurina, como brillantes y pequeños puntos de luz. He podido verlo porque estaba esperándolo. Enciendo; a la tenue luz de la lamparilla con forma de calabaza de Halloween se muestran sombras casi con consistencia surgiendo de todos esos objetos. Se muestran sorprendidas ante la repentina luz. Mi sombra se proyecta en la pared de atrás.

¡Vete de aquí! ¡No lo vas a conseguir! Pero las sombras insisten, se hacen más grandes y avanzan ante mi inesperada resistencia. No hay más remedio. Creo una débil (todo lo fuerte que puedo) barrera, una burbuja con centro mi hermano. No pasáis.

Mira, Pablo. Son 100 €, ¿no los quieres? Yo tengo horas de diversión para ti, Pablo. ¿No te acuerdas de cuando tu hermano no quería dejarte ver la televisión? La quiere para él solo, siempre todo para él y a ti no te deja hacer nada. Pero ahora tienes una tele mucho mejor que la suya. Y también a mí, su MP4 es sólo de 1 Giga; ya te tiene envidia. ¡No le vas a tener que pedir una cámara a nadie nunca más! Y por fin puedes ver películas también en el coche conmigo...

Mi hermano Pablo se mueve en sueños.

¡Te he dicho que no lo conseguirás! ¡Vete de aquí, Pablo!

Todas las sombras se encogen, retrodediendo. Las del MP4 y el DVD se han metido del todo, dejando escapar un pequeño destello de oscuridad desde sus objetos. Darse cuenta de que sé su verdadero nombre les ha cogido desprevenidas.

¡Pablo, métete en la hucha! ¡Vuelve a la televisión, Pablo! No poseerás a mi hermano, ¡no así! ¡Él ya aprenderá a vivir contigo! No quieras hacerte con él tú sólo.

Las sombras ya han desaparecido. Yo, por si acaso, mantengo la barrera. Estoy cansado. Mi sombra ha ido hasta la silla. Mete las oscuras y traslúcidas manos en su caja de sombras y saca la sombra de una cámara digital.

Ven aquí.

Pero no hace caso.

Ven aquí. ¡¡¡VEN AQUÍ!!!

sábado, 10 de mayo de 2008

Mientras corre, las sombras de las calles empiezan a alargarse. Todo está desierto. No consigue perder al loco, que avanza entre esas sombras, confundiéndose con ellas, pero al fin llega a donde está el barquero. Le grita que no tiene dinero pero que si no la deja pasar un loco la matará.

– Yo no te voy a cruzar.

– ¡Quiero vivir, me oye, vivir mi vida! ¡Si he venido desde el otro lado fue porque reuní las suficientes fuerzas para ser libre, y ahora decido que seré responsable y que no dejaré que mi libertad me mate, por mucho que me pese! Esa sombra loca es mi pasado, pero yo le demostraré que soy lo suficientemente fuerte para ser libre aunque me duela. Necesito una barca para volver, ¿me oye?. Vine a este lado pensando que así me desahogaría y todo sería mejor de una vez, pero aún no decidí quedarme. No. ¡Crúceme en la barca!

– Yo no remaré. Tendrás que hacerlo tú.

Helena jamás ha remado, eso está claro. Haber venido hasta aquí había sido fácil, pero regresar sería muy duro. No tiene ni idea de cómo se hace. Tendría que aprender sobre la marcha o morir. Sabe que el sol está cayendo a sus espaldas, tras los tejados de las casas; una de ellas es la de su recién estrenado amante. Queda un metro escaso para que las sombras lleguen al río.

Asiente. Salta a la barca (casi se cae al agua) y empieza a mover los remos en el canal como creía haber visto hacer al barquero al venir, pero en realidad parece que está preparando una sopa. “¡No sé cómo se hace!” le dice al barquero. Pero él se ha sentado sobre la popa, con los ojos cerrados y en silencio.

Desesperada, saca un remo y empuja contra la pared de piedra del canal con él. Se separan de la orilla un poco, el remo ya no llega a la pared, y el loco, entre las sombras, se queda en la orilla, con la vista fija en la barca, en Helena, espectante.

Helena se sienta y empieza a mover el agua con el remo que tiene en la mano. Avanzan un poco más, pero pronto la barca empieza a girar. Desesperada, suelta ese remo y coge el del lado opuesto, todavía enganchado a la barca, y rema con él. Ve con alegría cómo la barca se estabiliza, pero algo la saca de su dicha: el loco ha saltado al agua. Si al menos se hubiese hundido (y con algo de suerte la corriente se lo hubiera llevado) Helena no estaría tan aterrada como ahora, pues el loco se mantenía de pie sobre el agua, como flotando. Se acercó a ellos. Cuando estaba a un par de metros de distancia algo le impidió seguir, porque se retuvo y esperó, como había hecho en la orilla. Helena aún no podía verle la cara.

No podía hacer otra cosa que seguir remando. Era un esfuerzo titánico, como nunca había hecho, los brazos, las piernas, todo dolía, y a punto estuvo de dejarlo y entregarse al loco. Parecía que el peso de la barca aumentaba cuanto más se acercaba el loco.

La mitad del trayecto estaba recorrida y cada vez costaba más mover el remo en el agua. En poco tiempo el sol se habría metido y el loco la alcanzaría, pues era una sombra, y las sombras sólo pueden avanzar en la luz; por eso antes se había tenido que esperar. Solamente quedaba una rendija del astro tras los tejados.

Y, por fin, Helena llegó al otro lado. Dio un salto para salir del río.

– ¿No crees que te deja algo? –la advirtió el barquero.

Pero Helena no le escuchó. Corrió para llegar a su casa, mojada de sudor y de agua. Se cayó al suelo. La causa no fue una piedra traicionera, sino un repentino y terrible dolor en los pies. Miró atrás.

El barquero y su barca habían desaparecido, increíble para los pocos segundos que les había vuelto la vista. Esó sí, ahí estaba el loco, al lado de la orilla, hundiéndose poco a poco en el agua.

Cada vez le dolía a Helena más y más el cuerpo. “¡¡¡No!!!”. El chillido resonó por toda la calle, cruzó el río, la segunda a la derecha, todo de frente y después la primera a la izquierda, la casa en frente de la alfarería, se coló por debajo de la puerta subió las escaleras, entró por la puerta entreabierta del dormitorio y llegó a los oídos del amante: “¡¡¡No!!!”.

Mientras tanto, Helena se había estado arrastrando hacia la orilla. Sus piernas ya no las sentía a causa del dolor, que se había extendido por todo el cuerpo. El loco estaba chapoteando con las manos, intentando no hundirse. Con todas sus fuerzas, Helena tiró de él. Sólo tuvo tiempo para verle la cara: era su cara, él era ella misma, era Helena. No pudo comprobar esto del todo porque en cuanto salió del río desapareció.

Helena se quedó quieta, empapada, y lloró.

No puedo callarme que está inspirado en
Cuentos de Terramar, de Úrsula K. le Guin

lunes, 21 de abril de 2008

Historias de autobús...

Este cuento lo escribimos ayer en el autobús de vuelta de Valencia entre Lucía (apropiado nombre), Alejandro Lumbreras (idem) y yo (es que mi nombre no es apropiado). Hicimos cada uno un trozo, sin comunicarnos entre nosotros, y este fue el resultado (está bien, no lo digo por si a alguien le apetece adivinar quién escribió qué). Por cierto, llegamos a la conclusión de que tiene estructura de embudo, como las coplas de Manrique.
ESTELA

Se alejaba. Se moría lentamente. Mirando al horizonte (si es que tal cosa existe) consiguió intuir su forma cambiante en la lejanía. Parecía distinta, extraña, como si no fuera la misma que hace tan poco estaba junto a él. Como si el tiempo, o tal vez la distancia (o tal vez ambos: no se podía realizar un adecuado control de las variables) diluyeran su verdadero ser y lo modificaran.

Dejó de mirar atrás. Miró al frente.

Todo era confuso y sin puntos de referencia, aunque no hubiera sabido decir qué era todo. ¿Y? Así nunca moriría, era la angustia de lo ingrávido. Y lo comprendió: una putada. Esa mirada a lo desconocido, como con inocencia, la inocencia de los que han olvidado todo o todavía no tienen algo que olvidar, lo decidió todo.

– ¡No!

Rompió los espejos enfrentados, y supo que esa reminiscencia seguiría ahí, una estela a la que podría recurrir, pero en ese momento importaba más el vacío por llenar.

Cerró los ojos muy fuerte, esperó, viendo los trocitos de cristal roto a su alrededor, y los abrió muy poco a poco.

Oscuras gotas de sangre caliente se deslizaban perezosas a lo largo de lo que quedaba de cristal, e inconscientemente le recordaron a sí mismo: moviéndose entre dos paredes, la indecisión y el miedo, cada vez más cercanas entre sí a medida que se cernían sobre él impidiéndole respirar. Y también esas gotas, esos seres aparentemente inertes que pasaban por la fría superficie por un solo instante dejaban sus propias estelas; llegadas al abismo, una tras otra caían para dejar de formar parte de la homogeneidad del espejo roto. ¿Y acaso podía luchar él contra esa inercia que le empujaba hacia lo que nunca había visto? ¿Era tan distinto de ellas?

Caería por el cristal, sí, lo sabía. Pero sobre él quedaría algo, una marca, una mancha, una estela.

Lo colorearía.

lunes, 14 de abril de 2008

Un individuo de la especie Homo sapiens sapiens ha hecho este grafito:

Determínense los posibles genotipos y fenotipos de la generación parental. ¿Cuál es la probabilidad de que dos individuos parentales de distinta ideología hayan sido los que han generado este tipo de descendencia que realiza grafitos como el anterior?

Resolución

El fenotipo del individuo respecto a la “ideología” es anarca-nazi, de lo que se deduce que hay una relación de codominancia entre estos caracteres (no es herencia intermedia, puesto que se han manifestado los dos caracteres simultáneamente) y que el genotipo del hijo ha de ser Aa, siendo:

A: alelo anarquismo a: alelo nazismo

A = a (codominancia)

Entre los genotipos de los padres se deben encontrar los alelos A y a al menos una vez. Teniendo esto en cuenta, los posibles genotipos son:

AA x Aa / Aa x AA / AA x aa / aa x AA / Aa x Aa / Aa x aa / aa x Aa

Proporción fenotípica:

- probabilidad 2/7 para padre anarca y madre nazi o viceversa

- probabilidad 2/7 para padre anarca y madre anarzi o viceversa

- probabilidad 2/7 para padre nazi y madre anarzi o viceversa

- probabilidad 1/7 para padre y madre anarzis

La probablidad de que los individuos parentales sean uno anarca y otro nazi es de: 2/7, o, lo que es lo mismo, un 29% aproximadamente.

¡Cuidado, los padres no tienen que ser uno anarca y otro nazi para que esto ocurra!

domingo, 30 de marzo de 2008

¿A qué univeersidad creéis que debería ir a estudiar Biología?

El plan es estudiar Biología y luego meterme a Bioquímica. Iría a una residencia.

No encontraréis entre las respuestas la siguiente: "Estoy hart@ de que lo preguntes, decídete ya de una puta vez" porque estoy seguro de que todo el mundo marcaría esa y no es plan. Tampoco nada gracioso, como "Todas la anteriores son correctas" o "Universidad Liliputiense" (no sé a qué a venido eso), no no. Esto es serio.

sábado, 22 de marzo de 2008

Recetas de Cuentos del caleidoscopio.

Hoy, CUCHARILLA DE TÉ ACARAMELADA.

Tiempo estimado: unos 10'

Ingredientes:
- Una cucharilla
- Azúcar blanco (imposible con moreno)
- Té a elegir (también se puede utilizar una infusión)
- Dos euros (2 €)
- Una tetería
- Una vela (imprescindible que esté encendida)

Modo de preparación:
Introducir la cucharilla en la tetería el tiempo suficiente como para obtener una cucharilla de té. Mientras prepara la cucharilla, verter dos euros sobre el mostrador pronunciando el nombre de un té o infusión. Inmediatamente después y sobre una superficie rígida, realizar la siguiente operación: cojer una cantidad de azúcar blanco* con la recién conseguida cucharilla de té equivalente a la mitad del volumen de una cucharilla de té rasa, y calientar a fuego lento con la vela. Esperar el tiempo suficiente como para que el azúcar se derrita por completo en la cucharilla. Esta es la parte más difícil, pues tendrá que soportar las miradas indiscretas de ciertas personas pensando que usted está haciendo otra cosa**. En cinco minutos y posiblemente mientras se está derritiendo el azúcar sobre la cucharilla de té, se presentará un/a señor/a a su lado*** que le entregará un té o infusión como resultado del conjuro de los dos euros realizado anteriormente. Una vez derretido completamente el azúcar, mover la cucharilla de forma que, una vez enfriado, cubra casi toda su superficie. Esperar de 1' a 2' para que se enfríe (si se quiere aceñerar el proceso, soplar). Para comer, introducir la cucharilla en el té durante 1'' o 2'' y lamer. ¡Que aproveche!

Sugerencias:
* No utilizar terrones de azúcar blanco, y se insiste en la no utilización de azúcar moreno.
** Se recomienda evitar expresiones del tipo "¡Sois todos unos nazis!" o similares.
*** Es perfectamente posible que el/la señor/a le mire con una cara aún más rara que las otras personas, por lo que se recomienda retirar la cuchara de la vela justo ante de que venga para evitar esta situación.

Nota: Esta receta ha funcionado 1/1 veces, lo que significa un 100% de posibilidades de éxito.

lunes, 17 de marzo de 2008

Una mujer tiene un marido, pero éste no la hace caso y ella se siente desamparada emocionalmente e insatisfecha. Por ello, la mujer se busca un amante, que está al otro lado del río de la ciudad en la que vive. Una noche que no está su marido va a la casa de su amante, follan y tal y la mujer se pira a su casa, pues su marido llegará en medio de la noche. Cuando va por la calle un loco se pone a perseguirla diciéndola que la va a matar, lo consigue perder en una esquina pero el loco sigue buscándola para matarla. Llega corriendo hasta el barquero y le pide que la lleve al otro lado en barca porque hay alguien que intenta matarla, pero no tiene dinero para pagarle. Sin dinero no te cruzo, le dice el barquero. Ella le suplica, pero no hay manera. Por tanto, va a pedirle dinero a su amante, pero éste no se lo da porque ya le ha dado lo que quería antes y no quiere saber de los problemas de su amante. Entonces se acuerda de que tenía un amigo que estaba enamorado de ella cuando eran pequeños y vivían al lado e intentó casarse con ella pero al final su actual marido fue el pretendiente más prometedor y acaudalado. Cuando va a verle para pedirle el dinero (con el loco persiguiéndola) éste sigue enamorado de ella, pero no le da el dinero por ser tan mala esposa, siéndo infiel a su marido, y se merece que la descubran. La echa de su casa. La última oportunidad que le queda a la mujer el rogar por su vida al barquero, pero cuando va y le explica que si no le cruza el río el loco la matará, el barquero se vuelve a negar a cruzarla sin dinero. Desesperada, intenta esconderse por la ciudad, pero el loco la encuentra y la mata.
Ordene de mayor a menor la culpa de cada uno de los personajes. ¿Cuál tiene más culpa?
a) Mujer
b) Marido
c) Amante
d) Amigo
e) Loco
f) Barquero



Helena es una mujer del siglo 16. Su marido es comerciante, y se pasa días, a veces semanas, fuera de casa. Ella sabe que se ha follado a más prostitutas que pelos tiene en la cabeza, pero eso no la importaría si al menos al llegar a casa se mostrase cariñoso, pero no. "Mujer, hazme la comida que vengo cansado de ganarme mi pan y el tuyo", "Voy a dormir, que estoy cansado", "Me voy al bar". ¡Si al menos...! Pero no. Por eso no ha tenido más remedio que buscarse un amante. Mientras cruza en barca el río que separa los dos lados de la ciudad, piensa en esto, cómo llegó a ser tan desgraciada. ¡Y pensar que aún no hay un puente para cruzarlo! Tiene que regresar a casa esa misma noche, pues a la mañana siguiente volverá su marido, y si ella no está en casa la matará a palos. Ya ha llegado a la casa de su amante. Llama.

Ya ha caído el sol, y Helena sale por esa misma puerta. Se imagina a sí misma como a una puta que no cobra. "Hola, bonita. Has tenido suerte. Soy un loco, ¡y he decidido que vas a morir!", le dice una sombra con un cuchillo de carnicero en la mano. Helena da un chillido y empieza a correr por las calles de esa parte de la ciudad.

sábado, 23 de febrero de 2008

¿Casualidad o Causalidad?

Sí. Un árbol con zapatos, miles de ellos, colgando. Sí. "Nocilla Dream", de Agustín Fernández Mallo. Sí. Pero ya no lo sé. Si es casualidad o si es causalidad lo que le pasa a mi vida. Ya no sé si me engaño a mí mismo diciéndome, en más ocasiones, no sólo en este caso: "Escribiste ese cuento del Árbol de la Felicidad [véase: artículo del 30 de enero] antes de leerlo", siquiera: "No sabías nada de Nocilla Dream antes de escribirlo". Ha llegado un punto en el que ya no sé lo que realmente pasó.

Nocilla Dream es una joya compuesta a base de los excrementos cagados por cientos de culos, una pura obra de arte contemporánea, como esos cientos de obras que pretenden hacer polvo lo ya roto y hecho añicos, como esa lata que olía a mierda del culo del artista porque había una mierda del culo del artista en su interior. Pero es que Nocilla Dream lo hace bien, he ahí la diferencia. Apuesta y gana. En un artículo (no crítica) en el que simplemente se mencionaba este libro y poco más, leí que era considerado de lo mejor del 2006. No he leído aún ni una crítica de este libro. Pero para mí es eso: un blog. Un blog-libro, casi. Definitivamente, ya no lo sé: si no lo hubiera leído antes quizás no hubiese creado este blog, o seguramente no lo habría tomado con tanta fuerza.

Lo que es seguro es que me basé en Big Fish, como ya he dicho. Pero lo que sí que creo es que sé dónde está la causalidad: el Árbol de la Felicidad es mi interpretación del Sincara. Y luego dice Alex que no entendió El viaje de Chihiro. Cada uno aporta su interpretación, su solución. Si te dijera la solución del problema tú no encontrarías otras nuevas e incluso mejores (como dijeron ayer en la película "Los crímenes de Oxford"; que es mala), sería estrecharte el pensamiento. Piénsalo. Pero Piénsalo bien.

sábado, 2 de febrero de 2008

Por irreal decreto de Cuentos del Caleidoscopio, la encuesta fraudulenta que tenía como protagonistas a Juromaru y al puto pollo del vale caducado será ignorada y eliminada, por:

- Hay muchos más votos en ella que personas se pasan por este blog, lo que nos lleva al siguiente punto.

- Indudablemente, en ella votaron una serie de "difamadores de la realidad".

- Por otra parte, el puto pollo del vale caducado votó 6 veces para expresar sus sentimientos al respecto.

- Se sospecha que Juroamru se votó varias veces a sí misma. Es seguro que por este blog pasó, como lo demuestra su voto para expresar su indignación. Esta sospecha se funda en que la mayoría de los votantes estaba con el puto pollo del vale caducado, que inicialmente iba ganando, pero luego los votos de Juromaru subieron como la espuma.

- Y, lo más importante, Cuentos del Caleidoscopio no quiere a Juromaru de mascota, debido a lo horripilante de la situación. Además, a Cuentos del Caleidoscopio no le importaban los resultados.

Puede que haya más encuestas u otros cambios en el margen derecho del blog. Se recomienda atención a ellos.

Pueden dejar sus quejas aquí, aún sabiendo que no serán atendidas.

miércoles, 30 de enero de 2008

¿Qué nos ha pasado? Antes eran, éramos más fuertes. A mis padres les da miedo que me vaya de casa. Y les da miedo que, si me voy, no sea a un sitio en el que me tengan la comida hecha todos los días, no controlen las horas a las que salgo o entro, o yo qué sé qué. Las comodidades son una trampa. Me parece que antes no éramos tan débiles, porque sabíamos luchar, y merecía la pena. Hoy parece que no la merezca, pero sí. Cuando te encierran en una suite de lujo con tres mayordomos para ti y te quitan la necesidad de moverte, hacen que cada vez te cueste más salir, hasta que ya no te puedas mover por ti mismo y los mayordomos te devoren. Como dice Miyazaki (a propósito de "El viaje de Chihiro" [véase el segundo artículo de este blog]), eres "una gallina que no deja de poner huevos hasta que otros se la coman", o quizás eres un codicioso cerdo que no deja de engordar hasta la matanza. Es lo que ocurre en "La máquina del tiempo" (aunque personalmete piense que sucederá casi lo contrario). Encima, te hacen creer que has llegado a la felicidad. Quizás sí que se han perdido muchas cosas, las raíces entre ellas. Nos parece lejana la caída del muro de Berlín. No estudiaré biotecnología. No me siento raro, los cambios no se dan por los días que has vivido, sino por las cosas que has hecho. No quería poner lo que vendrá después de esta parrafada, pero siento la necesidad de hacerlo. La idea surgió cuando vi Big Fish, de Tim Burton, este verano, de aquello que más me llamó la atención y me llegó no sé donde, pero ahí se quedó clavado con tirafondo; es ese lugar en la que no hace falta llevar zapatos porque todo el suelo es de mullida hierba y la vida es absolutamente agradable, perfecta, tanto que nadie se va una vez entra. El protagonista decide irse, pero los pies le dolerán mucho, y pasará miedo, el dolor de sus pies será insoportable porque al llegar a esa ciudad dejó sus zapatos en un sitio del que no los podría volver a recuperar, junto con los zapatos de todos los demás habitantes; cuando la niña se los robó y los tiró, atados de los cordones, a esa cuerda suspendida en lo alto, a la entrada, dije en alto por lo menos tres veces: "qué hija de puta, pero qué hija de puta". Los zapatos de un antiguo conocido del protagonistra, que partió hace años de su ciudad natal en las mismas circunstancias que él, estaban allí, se había quedado en ese lugar para siempre, donde todos son felices sin excepción, y no había hecho aquel viaje que le podría haber llevado a cualquier lugar, a cualquier aventura, a... vivir, a ser verdaderamente feliz, y no un tonto que come la misma deliciosa tarta de la mujer de no sé quién todos los días y habla de gilipolleces sin sentido para la gente que verdaderamente puede volar. La imagen que se me ha quedado grabada es la de la niña tirando los zapatos atados el uno al otro con sus cordones. Y no os preocupéis, que os he contado 5 minutos de la película, no creo que más. Aunque lo incluya en los cuentos de luciérnagas, este es en realidad un Cuento del Caleidoscopio, espero que el primero y último que cuelgo en este blog.


Por fin, ha llegado a su destino. Tras haber pasado por tantas cosas. Va a ser feliz. Una etapa de su vida acaba. Lo llamaban el Árbol de la Felicidad, y lo ha encontrado.

Se apoya en el tronco, no sabe cómo usarlo. Las ramas caen a su alrededor, con hojas como un trapo de seda dorado y unas frutas también doradas que ni idea de qué son, pero el olor es exquisito. Qué cómodo es el tronco, ni que lo hubiesen hecho para esto. Habrá que probar una fruta. Sus sentidos se agudizan al máximo con el primer bocado; era lo más delicioso que había probado.

Las no sé cuántas ramas por no sé cuántas piezas de fruta por rama daban como resultado mucha comida. En ella estaban contenidos todos los principios inmediatos necesarios para un cuerpo humano, exactamente para el suyo, aunque la verdad es que él ni idea de eso.

Cómo no sabe, pero siempre tiene una fruta en su cara, y cada vez que la coge y se la come tiene otra, cuyo puñetero aroma desata otra vez el ciclo. Cada vez huelen distinto y mejor.

Bah, no voy a necesitarlas más, se levanta y cuelga las botas en una rama. No es una sorpresa que ahora donde estaba apoyado el árbol haya formado una especie de colchón. Se tumba.

Todavía están ahí, en su nariz. Por qué no, puede comer algunas más.

Para qué quiero los pies. Menudo estorbo, no los voy a usar más y encima se me están quedando fríos. Ahora sí que hay sorpresa: ya no tiene pies.

No tuvo que pasar mucho tiempo para que se le ocurriese que sin pies las piernas tampoco sirven para nada. Son voluminosas y el corazón tiene que bombear la sangre por ellas, un trabajo más. Antes de comprobar que no las tiene come otro fruto dorado.

Ha pasado un rato y ya siente hambre. Va a coger más comida pero el árbol mueve sus ramas y le da de comer. Hasta sabe mejor que él cuándo quiere más y cuándo no. Ya los brazos no me sirven.

Y no he tenido que dar ni una orden. ¡Vaya que si es el Árbol de la Felicidad! Va a gritar soy feliz, pero no emite ni un sonido. El árbol es la ostia.

Ya no tiene que oir, ya no oye. No tiene que escuchar órdenes, no recibe opiniones, no ecucha cosas que no le incumben, y menos para comunicarse con el Árbol.

Pronto le empieza a dar la fruta hecha trozos y depués masticada. Al final las ramas le acaban metiendo la comida por la boca y avanzan hasta el estómago, depositándola allí con cuidado, como si fuera a romperse.

Por favor, cierra los ojos, deja que vea yo por ti. Ahora no has de usarlos para nada, no te molestes gastando energía en eso. Qué educado es el árbol. Y tiene razón. Cierra los ojos y no los vuelve a abrir.

Deja que piense por ti. No habrás de pensar nunca más ni de preocuparte por nada. Al fin y al cabo, sólo busca hacerle feliz, por lo que seguro que esa es la mejor opción. Y, la verdad, cree que no va a necesitar nunca más pensar. Justo cuando lo permite siente con lo último que le queda que en realidad le daría lo mismo ser solamente un pene erecto al que las ramas de un árbol no paran de masturbar que estar muerto.

Y el árbol se lo tragó.

Sólo quedaron sus botas, colgadas de las ramas del árbol, junto con miles de pares de botas más.

martes, 22 de enero de 2008

Astrolabio
(El collage lo hice yo.)

martes, 15 de enero de 2008

¿Por qué todo me tiene que pasar cuando me acuesto? Ayer, con mi hermano en la cama de al lado dormido y la lamparilla esa con forma de calabaza de Halloween que cada vez me da más mal rollo encendida, iba a meterme en la cama, pero de repente sonó un ruido de campanas debajo de mi cama. Me acojoné vivo. Creía que ya había superado mi miedo a la oscuridad, pero no, parece que nunca se me pasará del todo me convierta en lo que me convierta. Con la luz de la lámpara "grande" apagada y dos cojones, miré debajo de la cama. No vi nada; lógico, la luz estaba apagada. Así que la encendí. Con otro par volví a mirar. Una alcayata. La habría dado una patada. ¿Qué coño hacía ahí una alcayata? Creo que todavía está, yo no la he recogido, al menos.

Mi miedo a la oscuridad se remonta a cuando tenía unos 3 años o así, y no lo superé hasta los 13 (ó 14). Ahora tengo 17, y parece que ha vuelto. Quizás nunca se fue. A veces, cuando me acuesto, pienso que, por alguna razón inconcreta, alguien/algo/nada que está debajo de mi cama atraviesa primero el colchón y después mi cuello o cabeza (sobre todo mi cuello) con un machete/espada/cuchillo/púa/cosa afilada y/o punzante, y siento cómo el objeto asesino va a travesando lentamente el colchón, con velocidad constante, y después adquiere una aceleración de x m/s2 y atraviesa mi cuello, limpiamente, y siento cómo me dolería, la agonía de tener una daga clavada en el cuello, sin poder hablar, paralizado de terror, sintiendo la sangre viva, la vida caliente, escapándose de mis venas y empapando mi cuello hasta abandonarme. Y es horrible estar esperándolo, y si no viene vendrá el chico del bate, y es horrible. Pues claro, el otro día, el de la alcayata, ¿adivináis qué me pasó? No, no lo adivinamos, pues ya hay que ser muy tonto, pero de estos tontos con avaricia que comen tonterías y las cagan a la hora de hablar, porque estas preguntas siempre se hacen cuando acabas de decir antes la respuesta. Pues eso, pero no me pasó nada porque soy vampiro, y ya sabéis cómo morimos, que algo de verdad debían de tener los cuentos (siempre cuentos, nunca tales) y las películas.

jueves, 10 de enero de 2008

Tales of Symphonia (I)


Tales of Symphonia es, sin duda alguna, el videojuego que más me ha apasionado de entre los que he jugado (incluso más que un Zelda, que ya es casi impsible). Obra maestra es, eso es indudable, que salió el 29 de agosto de 2003 en Japón (como siempre, primero allí).

¿Qué ocurre, entonces? ¿Por qué nadie lo conoce? Eso lo dirás tú. La saga de "Tales of..." (Tales of Phantasia, Tales of Eternia, Tales of the world, Tales of Abyss, Tales of Symphonia, etc.) es muy conocida, sobre todo en Japón y EEUU, comparable con los Final Fantasy, y ha tenido sus OVAs y hasta una "miniserie" de 13 capítulos de Tales of Eternia. La mejor OVA es la de Tales of Phantasia, que resume magistralmente en 4 OVAs de media hora el primer juego de la saga (se salta la mitad del juego y más, pero es perfecta su forma de unir diversas partes del argumento, diciendo lo esencial, sin rodeos pero permitiéndose también sus florituras), un juego que marcó tendencia (en serio, si no buscad en internet, es un juego del año 1995 lanzado para la Súper Nintendo que aún hoy en día lo puedes encontrar en las tiendas, sin ir más lejos el otro día fui a Game y allí estaba, para Game Boy Advance). El Tales of Symphonia ha tenido tanto éxito que se está haciendo una segunda parte de esta maravilla. ¿Qué pasa? Que sólo es para Game Cube, solamente se relanzó para PS2 en Japón (siempre Japón).

Y ¿qué tiene de especial, oh, tú, para que tanto te guste? Todo, hasta los gráficos, que a más de uno lo echarían para atrás, pero a mí me parece que le dan un ambiente totalmente original y apropiado, aunque tampoco les haría ascos a unos gráficos Final Fantasy X, todo hay que decirlo. Los personajes recuerdan al manga/anime, lo que le viene al juego como anillo al dedo. Además, la historia bien podría ser de un anime de 200 capítulos (y no sé si me quedo corto, porque si metemos todo lo que hay en el juego son más de 300, yo diría). Sólo digo que llevo ciento y pico horas de juego (¡Viciao! ¡Que lo tengo desde hace más de 2 años, hombre!) y a 20 min. por capítulo... Lo dicho, lo mejor es la historia.

Pero, a ver, ¿qué dices que tiene la historia? Pues a primera vista y si os lo empezase a contar desde el principio, más de una diría "un juego más entre tantos otros iguales". Bien es cierto que tópicos muy recurrentes de este tipo de juegos no le faltan: elfos, los templos con sus puzzles, un arsenal de objetos que nada tiene que envidiar al de otros juegos, es más, algunos deberían aprender de él, al igual que una gran cantidad de monstruos, distintos personajes que se van uniendo a la aventura, todos con sus características particulares bien definidas, topicazos como "vamos a salvar el mundo" o "la Elegida", conjuros y ataques especiales...



Pues vaya, menuda tontería. Tú a beber derivados halogenados, chaval. Pues claro que tiene de especial, y mucho. Utiliza como base este tipo de juegos y una gran partre de sus compradores serían personas a las que les vayan éstos. Pero, por debajo de todo, este juego trasciende los límites del videojuego para pasar a ser una antiutopía, un grito contra la xenofobia y la segregación, valores morales y muchas cosas más que ahora no quiero decir; para, como en una obra literaria o en una película, mostrar la evolución de los personajes (muy fuerte, realista y bien conseguida), con una historia impecable en cuanto a su contenido, su mensaje, su construcción y ensamblaje de las piezas que forman esta verdadera sinfonía de cuentos y en cuanto a la captación de la atención del jugador, o lector, o espectador.

El juego construye un mundo, Sylvarant (al menos inicialmente), del que te va mostrando su funcionamiento, sus mitos, sus creencias, su historia, su estructura socio-política... el cual no es que sirva de fondo para la historia, sino que es en sí clave para la historia hasta un punto que no os podéis ni imaginar. La historia es cuanto menos interesante, que se puede interpretar como una simple larga historia, o como algo más, donde se expresan ideas, se defienden cosas y se rechazan otras, pero nunca se puede interpretar como un pretexto para hacer un videojuego. Es más, es la parte más importante del videojuego y a la que más importancia se da en él. No es un juego de habilidad, ni de estrategia, ni de lucha... lo que importa es que avances en la historia, pasándote cosas, superando pruebas, sí, pero podríamos decir que son en realidad estas pruebas el pretexto para avanzar en la historia, el formato de videojuego no es más que una base estable sobre la que construirla. Lo que en realidad te impulsa a seguir jugando es descubrir la historia, lo que va a pasar, lo que pasó, lo que está pasando, por qué todo eso. Es que no quiero reventaros la historia (¿por qué?, os preguntaréis; pues ya lo veréis, impacientes), por eso me estoy callando muchas cosas.

Vale, Tales of Symphonia es un RPG prácticamente puro (es sí, no hay batallas por turnos, el sistema de combate es totalmente original), pero para mí es especial, y me parece horrible que sólo sea para Game Cube, porque poca gente habrá disfrutado con él. Puede que este afán mío por el Tales of Symphonia os parezca desmesurado, pero es real, y de verdad que pienso que si pudieseis probarlo unos días y terminarlo (en uns meses) tedríais esta misma impresión. Esto no acaba aquí.