sábado, 19 de julio de 2008

Sen to Chihiro no kamikakushi

No se me ocurre comparación mejor que entre El viaje de Chihiro y La flauta mágica de Mozart. Sen to Chihiro no kamikakushi es realmente una de esas películas “para niños” que tienen un mensaje profundo, pero es que de verdad lo es y lo tiene.

Me he fijado en el “polémico” sincara, al que bien podríamos llamar “sinnombre”, siguiendo el influjo de Terramar y teniendo en cuenta que no se pronuncia su nombre en toda la película, con lo importantes que son.

Bien, para mí el sincara sí que es algo así como la avaricia y tal, pero constituye una alegoría mucho más compleja. En la Casa de Baños se ha establecido una auténtica sociedad de clases con sus superestructuras (“superestructura” por lo que dice Marx), un “sistema” productivo en el que los trabajadores han sido cosificados, desprovistos de una personalidad propia, qué mejor para darse cuenta de esto que el saber que han perdido sus nombres, y que Yubaba (en la cúspide de esta sociedad que Miyazaki aísla y analiza, la jefa, la burguesa, la que obtiene el beneficio que producen sus trabajadores, la que los explota, la que ha sido consumida por ese afán de tener el máximo beneficio o plusvalía y la máxima cantidad de oro) les ha otorgado otro, el que ella ha querido. Es decir, la Casa de Baños representa a la sociedad o el sistema capitalista.

El sincara surge en medio de esta auténtica sociedad como un producto suyo (ya comenté mis sospechas acerca del “pozo sin fondo” al que arrojan a Chihiro y al dragón, donde me parece que hay sincaras, pero esto ahora mismo no es tan importante), es una nueva realidad en la que se ven embaucados los trabajadores de este sistema que se aprovecha de ellos y los atrapa, los ata a su trabajo para poder sobrevivir (literalmente: “Si quieres sobrevivir aquí, tienes que trabajar”, o Yubaba podrá convertirte en un cerdo). Como ya he dicho, son cosificados, y se convierten en “una parte más de la máquina” de producción: aquí vemos ya una clara referencia a la teoría marxista, la alienación o deshumanización de los trabajadores por culpa de un sistema de producción mal planteado, un sistema que no está al servicio de los hombres, sino que son los hombres los que están al servicio del sistema.

Pero algunos de los proletarios miran a “los de arriba” con envidia, y ansían tener tanto poder y dinero como ellos (como Yubaba, y, sobre todo, como los dioses a los que sirven y que “consumen” sus servicios), lo que creen que les hará felices: identifican felicidad y poder económico.

El sincara no es más que la materialización de este deseo de tener un gran poder; ¡así haré lo que me dé la gana! Pero Miyazaki se ocupará de argumentar que esto no conduce a la verdadera felicidad. Como dice en una entrevista: “El sincara les da oro a los personajes, pero ¿le hace realmente felices?”. No. Más bien hace surgir en ellos un insaciable deseo de más.

Pero ¿qué es “este deseo” que representa el sincara? He dicho que “el deseo de tener un gran poder”, pero más bien el sincara es algo ambiguo, indeterminado, que puede ser bueno o malo, como bien demuestra a lo largo de la película. El sincara puede ser, simplemente, el deseo de ser feliz. Pero este deseo se ve contaminado en una sociedad como es la Casa de Baños, capitalista (influencia marxista clarísima): es decir, la identificación felicidad-dinero sólo se da en una sociedad como la Casa de Baños. Por eso el sincara “Sólo es malo en Casa de Baños”.
Cuando el sincara sale de esa sociedad, es cuando ya no es malo: el sincara depende de la sociedad que lo rodea.

Si se ha leído “Cuentos de Terramar”: Miyazaki da un paso más allá que Úrsula K. le Guin y “humaniza” al propio sincara (o sin nombre, guardando las distancias), convirtiéndolo en una dicotomía en sí misma, bien y mal dentro del propio Sin Nombre, no como en el primer libro de los Cuentos de Terramar, en el que el sin nombre es “el mal” y Ged es “el bien”, aunque luego se demuestre lo que los que se lo han leído sabrán (decir, eso sí, la influencia de Úrsula K. le Guin en este punto del sincara es alucinante por lo fuerte que es).

El sincara, cuando se ha comido (ha poseído, ha corrompido) a algunos habitantes de la Casa de Baños, antes los ha ofrecido oro (--> capitalismo), que ellos se apresuran a coger con avaricia. Rana es la más vulnerable, o eso es lo que se da a entender; se ve constantemente su avaricia, pero, sobre todo, parece la más explotada de todos en su trabajo, podríamos decir la más desgraciada, lo que la ha convertido en la que más ganas tiene de un poquito de poder, de oro (es el “efecto muelle”: cuanto más presionas a alguien más alto salta después). Cuando el sincara se ha comido a alguien (y, por tanto, se ha materializado el deseo de poder –económico– de ese alguien, que lo quiere como un medio para ser feliz, aunque esa manera es equivocada, como ya se ha dicho), éste se ve en una posición en la que puede hacer prácticamente lo que quiera, y hacer todo el oro que quiera. Entonces, lo que hace Miyazaki es experimentar con sus personajes y ponerlos en esta posición en la que “han caído” tras ser devorados por el sincara (aunque pueda parecer que “han subido” o “ascendido” de alguna manera los personajes tras ser comidos por el sincara, lo cual es falso). Pero ocurre que sus personajes se han convertido en esclavos de sus erróneos deseos producidos por culpa de una sociedad capitalista que “degenera” a las personas, y están tan presos de ellos como que han sido literalmente devorados, fagocitados por una especie de masa que crece gracias al oro que produce y a expensas de las personas que lo aceptan, que a partir de ese momento se ven ahogadas (literalmente) por lo que “su” sincara come, se han convertido casi en un monstruo, no, en un verdadero monstruo que sigue devorando y creciendo, ansioso de más y más.

El sincara cuando se ha comido a alguien me recuerda a los padres de Chihiro al principio de la película, que también se convierten en “monstruos” y que comen todo lo que quieren con la excusa de “tener dinero”, y entonces engordan muchísimo (Miyazaki tiene una obsesión de identificar a los personajes “obesos” o “gordos” con comportamientos “malos”, o que a él no le parecen correctos); están “contaminados” por esa sociedad capitalista que ya es prácticamente mundial (el audi, la tarjeta de crédito y el efectivo...), globalizada, podríamos decir. Pero es que, en ese mundo al que han llegado, las tarjetas de crédito no sirven de nada, ese mundo tiene “sus propias reglas”, como dice Yubaba. Es el choque de una sociedad capitalista de la que vienen los padres con una sociedad en la que su dinero no vale, y los padres son castigados por creer que esto es así. Vamos, que no caigamos en el error de pensar que los valores y principios de la sociedad capitalista son absolutos: el sistema capitalista no es universal, existen cosas distintas, y es corruptible, no inamovible (esto lo digo casi más por Marx, pero creo que se entiende lo que digo: los padres, acostumbrados a poder hacer cualquier cosa pagando dinero, caen en el error de pensar que todo el mundo es así, pero de repente se encuentran con una situación que no se puede resolver con “tarjeta y efectivo”). Los padres de Chihiro, según Miyazaki, son los únicos personajes de la película que están presentados de forma maniqueísta (sólo se expone lo bueno o malo de ellos, en este caso lo malo, evidentemente).

Antes de nada, una aclaración: la teoría de Marx está encuadrada en unas circunstancias sociales e históricas muy específicas y es básicamente un conjunto de ideas que ofrecen cierta imagen de la realidad que le tocó vivir y que conscientemente inspiraron la lucha de los movimientos obreros para transformar una situación injusta de explotación; Miyazaki está claro que no puede ser un marxista puro o “a la vieja usanza”, sino que adapta su influencia marxista al mundo actual. En los padres de Chihiro, de los que acabo de hablar, se ve esto bien. Pero también en que Miyazaki no manda un mensaje de revolución obrera, ni nada parecido, sino otro tipo de mensaje, en el que propone otra forma de vida a la imperante hoy en día, a la que se está extendiendo con tanta rapidez. Hay que tener en cuenta que Miyazaki ha vivido muchos cambios (políticos e históricos) en su vida.

Cuando el sincara se va a la casa de Zeniba, sale de la sociedad capitalista, no hay dinero, ni esas reglas. El sincara sale de un tipo de sociedad, la capitalista, para llegar a otro tipo distinto de sociedad, que podríamos considerar comunista o anarquista (como la anarquía de Rosseau, para él el hombre es bueno por naturaleza, aunque mejor será no meterse con esto, porque para Miyazaki el hombre es una dicotomía, decíamos), que es un medio o sistema en el que el sincara se vuelve bueno y es capaz de ayudar. El producto de esa otra sociedad es un sincara que ayuda al hombre en su tarea, incluso en su trabajo, que no lo deshumaniza. Y aquí tenemos una referencia a la teoría marxista clarísima: las superestructuras que crea la sociedad capitalista son unas herramientas que son utilizadas para mantener ese sistema injusto de explotación del hombre que no hace más que oprimirlo y deshumanizarlo, impidiendo que se desarrolle como tal; pero en el sistema comunista que propone Marx, las estructuras y superestructuras que se crean sirven para ayudar al hombre y ayudarle a que se desarrolle y alcance su plenitud mediante el trabajo. Es exactamente lo que hace el sincara: en la sociedad capitalista de la Casa de Baños, deshumaniza, devora, es malo; en la sociedad de Zeniba, el sincara, literalmente, ayuda con el trabajo, y se queda ahí de ayudante.

Interesante también es analizar a la pareja Yubaba-Zeniba. Son en realidad una misma persona que se desarrolla en dos medios distintos: un sistema capitalista por un lado (Yubaba), y una sociedad anarquista o comunista (Zeniba). El mismo Miyazaki dice que en el fondo Yubaba y Zeniba son en realidad como la misma persona. Así, Miyazaki nos muestra el impacto que tienen sobre una misma persona dos medios de producción o sistemas diferentes. Pero tened en cuenta una cosa: en ninguno de los casos una es “buena” y la otra “mala”, lo que ya se ha repetido muchas veces, sino que son diferentes, y ya está, pero dentro de cada persona conviven el bien y el mal siempre.

Miyazaki nos está diciendo cómo sobrevivir o sobrellevar esta vida, que, en el fondo, es buena (“al fin y al cabo, este mundo es un buen lugar donde vivir”, dice Miyazaki), pero tenemos que encontrar nosotros esa parte bella, agradable y buena de la vida, y encontrar otro ideal de vida fuera de la sociedad capitalista y en el que esté icluído el amor como el más poderoso medio para escapar o combatir esta sociedad que no está bien, o, mejor dicho, para ser felices. La sociedad capitalista seguirá existiendo (puede que no siempre, pero sí que le queda un largo período de vida), por eso Miyazaki nos da unas pautas para ser felices dentro de ella, no es una sociedad mala, solamente depende de qué camino elijamos para vivirla. Su ideal de vida lo expresa a través de Zeniba.

(Aunque, y al margen de Sen to Chihiro, hay algo que siempre, independientemente de todo, es malo: la guerra, pues en ella no hay buenos y malos [“¿Son de los nuestros?” “Qué importa eso”, responde Howl a Sophie]: hay malos o personas con miedo o confundidas y mandados o tontos [en La princesa Mononoke el cazador Yigo se describe a sí mismo al final de la película: no es malo: es tonto, porque es un mandado que sigue las órdenes del emperador sin cuestionarlas y sin pensar si lo que hace está bien o mal; el emperador, por su parte, es el malo de la película realmente, o mejor: es alguien que teme a la muerte –en estos momentos me doy cuenta de lo necesario que es leer el manga de Nausicaä y los libros de Terramar– y por eso hace todo ese daño, para evitarla a toda costa, su miedo ha provocado la barbaridad que vemos en la película, pero esto nunca se llega a saber] aunque concepción de la guerra como algo que hay que evitar a toda costa y mal supremo es sobre todo de las primeras obras de Miyazaki (lo que nome extraña nada, vivió la II Guerra Mundial), y se ve una evolución en el manga de Nausicaä desde sus principios en los que el rechazo a la guerra es enorme hasta un final en el que la guerra es algo incluso necesario, es como la revolución del proletariado marxista [guardando las diferencias] que necesita la sociedad para cambiar.)

¿Por qué Chihiro puede rechazar al sincara? Aquí es donde estoy menos seguro. Puede ser porque Chihiro es una niña, y alguien tan pequeño no está todavía metido en este sistema capitalista, a tan temprana edad: lo que está haciendo es preparándose para entrar, muy pronto tendrá que decidir: coger el oro, o rechazarlo. Cuidado: no confundamos “coger el oro” con “entrar en la sociedad capitalista”; Chihiro ya está dentro de la sociedad capitalista, lo que tiene que elegir ahora es si buscar la felicidad que todos perseguimos en el oro (como parece que hacen sus padres), o, por el contrario, darse cuenta de que hay cosas más importantes y buscar la felicidad en ellas: la principal y que Miyazaki destaca sobre las demás, el amor, junto con la amistad, pero hay más (serían los ideales de la vida de Zeniba, muy especialmente una vida en sintonía con la naturaleza y el siempre adorado por Miyazaki tranquilo campo).

Esto es lo que aprende Chihiro en ese mundo: iba por el camino de coger el oro, guiada por sus padres (sólo se presenta lo malo de ellos, como ya se ha dicho anteriormente), pero sale de él no sé si más madura (hombre, vivir esa experiencia aunque no te acuerdes de ella –“todo lo que sucedió nunca se olvida, aunque tú no puedas recordarlo”, dice Zeniba– siempre tiene que ser una experiencia positiva, por supuesto), pero sí dándose cuenta de que hay cosas más importantes, que “una rosa SÍ es un ramo”.

Los padres de Chihiro le dan a ésta una valiosa lección: cuando se convierten en cerdos, Chihiro se da cuenta de adonde les ha llevado su mentalidad. Como he dicho antes, los padres estaban acostumbrados a que todo tuviese un precio, están totalmente habituados a su sistema capitalista, pero Chihiro, una niña pequeña, todavía no ha tenido tiempo para aplicar esa generalización y no está segura de que lo que estén haciendo allí (comiéndose esa comida que podría ser para cualquier cosa y, que de hecho, no es para ellos) sea correcto. Sus ojos de niña captan el lugar como algo extraño, “no normal”, y decide explorar. Cuando regresa, ve que la confianza de los padres en el dinero (que luego volverá a ver en el oro del sincara, pero ya con otros ojos) les ha llevado a convertirse en cerdos, y siente miedo. Miedo de esa actitud, miedo de adónde le puede llevar el camino de sus padres: no quiere caer en la misma trampa con el sincara. Por eso rechaza su oro: ha comprobado empíricamente lo que puede suceder a quien piensa que todo lo puede el dinero, a quien quiere conseguir la felicidad gastando más, teniendo un audi o con preciosos pendientes, caros pintalabios, muchas horas de peluquería y potingues.

Supongo que, rechazando al sincara, Chihiro está rechazando lo que le ofrecían sus padres. Chihiro desde el principio se nos presenta como una niña caprichosa y malcriada (su “una rosa no es un ramo” habla por sí mismo; qué importa la cantidad de flores, lo realmente importante es el mensaje y que esa persona que te la ha regalado te aprecia), y sus padres eran un sincara en potencia: seguramente le podían dar todo lo que querían, como hacen los ricos con sus hijos, los somenten a un sobreproteccionismo y les dan todos los caprichos que pueden. En este punto, Chihiro se identifica con Bebé, quien representa esta situación llevada al extremo, hasta sus últimas consecuencias; supongo que Chihiro no desea ser como él, y es en ese momento cuando por fin se da cuenta. ¡Menuda cárcel la de Bebé! Es lo que hacen los que llamaré “los ricos” que colman de caprichos y comodidades a sus hijos: crearles una lujosa cárcel, pero, al fin y al cabo, una cárcel.

Identificaciones de personajes y objetos a lo largo de la película. En Sen to Chihiro no kamikakushi se repiten muchas veces las cosas de dos formas distintas: al principio de la película y de forma concisa, rápida y perfecta se hace un excelente bosquejo de la situación de Chihiro y aparecen las primeras nociones de esa sociedad actual en la que se desarrolla su vida. A medida que avanza la película y Chihiro va entrando en ese mundo, se vuelve a hacer referencia a las mismas cosas, pero esta vez desde una óptica muy distinta. Se ha aprendido. Es decir, El viaje de Chihiro es una película en la que se aprenden los valores y conceptos con los que se juega, no se imponen o se adivinan. Aquí algunas de las correspondencias entre personajes u objetos a lo largo de la película:
Chihiro – Bebé
Padres de Chihiro – Sincara
Yubaba – Zeniba
Tarjeta y efectivo con los que comprar cualquier cosa – Oro del sincara con el que conseguir cualquier cosa en el balneario
Ramo de rosas (“Una rosa no es un ramo”) – Tarjetas para los baños (“Sólo necesitaba una”)
La coleta antigua (fijo que comprada) – La coleta nueva (hecha con el trabajo y esfuerzo de sus amigos)
El trabajo y estilo de vida en Yubaba – El trabajo y estilo de vida en Zeniba
El viaje en coche hasta el túnel – El viaje en tren hasta el fondo del pantano (???)


El viaje de Chihiro se nos revela como una película que nos dice que esta sociedad, aunque no es la mejor, es “un buen lugar donde vivir”, y que nos transmite las ideas de Miyazaki para que vivamos de una buena manera y seamos felices (mediante el amor, la amistad, la confianza, los proyectos comunes, la ayuda a los demás, el vuelo...). Va especialmente enfocada a los niños, como futuros habitantes y mantenedores de este tipo de sociedad capitalista (Miyazaki dijo que esta película estaba especiamente dirigida a niños de 9-11 años, porque se fijó que había muy pocas películas para ellos, y que los tuviesen como protagonistas [supongo que muchas veces los protagonistas son más pequeños o mayores, sobre todo antes de 1999]), para que puedan ser felices dentro de ella y ayuden a los sincara a ayudar en vez de a deshumanizar.

10 comentarios:

EloraDana dijo...

Ahhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!! No lo puedo leer porque me voy a cenar!!!!!!! por que es tan largo!!!!!! No lo puedo leer hasta el martes, cuando este en spain!!!!

EloraDana dijo...

Ya lo he leído! Podría ser, sí. Tengo que ver la peli otra vez. Compra palomitas!

Khris dijo...

¡¡¡Maaaaaaaarchando!!! ¿Coca-cola, limón, naranja o agua?

EloraDana dijo...

Nestea.

Anónimo dijo...

Qué bueno el articulo futuro biot!un Saludete!

Rocio o como prefieras jaja

Khris dijo...

Ay va, Sol, esto... Rocío! No te esperaba. Muchas gracias por comentar ^^ .

Poder Biot!!! (pero con control y mesura)

Asylum dijo...

La he visto!! Por fin la he visto, síiiii!!!, aunque, a pesar de habérmelo leído todo, todavía me ha quedado alguna cosilla sin entender muy bien... Ya te interrogaré en algún momento inoportuno... ^^

bye!!

Airun dijo...

Vaya, vaya, pedazo de análisis, amigo mío.
En general, me parece increíble que hayas conseguido identificar tan claramente imágenes, metáforas, etc. que a mí me parecían simplemente una historia de una niña que va a un mundo extraño. Imagino que esto significa que tú eres más imaginativo, yo soy corto de miras, un robot, etc… o que tú la has visto muchas veces.
En fin, que me parece impresionante. Coíncido punto por punto en tu análisis marxista de El viaje de Chihiro, de cómo se identifica la casa de baños con el sistema capitalista, la alienación… y sobre todo me parece interesantísimo tu apreciación de que el deseo de felicidad, en la casa de baños se transforma en codicia, debido al sistema económico imperante.
Muy buena la descripción de los padres de Chihiro y su fe en el dinero, y la evolución de Chihiro (aunque ya apuntaba maneras al principio, cuando ve el error que cometen sus padres al comer desenfrenadamente, sin pensar las consecuencias)
En fin, que muy bien. Aunque… cuesta compaginar esa idea de que alguien, por ejemplo el sincara, es malo por estar en el capitalismo, en la casa de baños, y al mismo tiempo pretender que se puede ser feliz y bueno en el capitalismo, en la casa de baños. Hombre, hay que intentarlo, pero ese intento pasa por intentar cambiar la sociedad, y de eso falta un poco en la película, si la consideramos solo como metáfora.
Falta la visión de sociedad ideal, no solo la crítica a la que está mal. En fin, eso pasa en general en la actualidad: montones de gentes y partidos (de izquierdas) se dicen “anti-capitalistas”, y explican lo que va mal en el capitalismo, pero parece que nos cuesta mas proponer soluciones que a los de derechas.
En fin… que muy bien todo. Aunque para una metafora clara que hay, la del dios-mugriento-rio-contaminado-mensaje-ecológico, no la mencionas!
Que te vaya bien en Salamanca!

Chriskai dijo...

Magnífica reflexión, me quedo sin palabras...
El lunes quedamos con Lucas, Julia y Carmen para el martes o miércoles ver Mi Vecino Totoro (Tonari no Totoro), pero la semana que viene nos pones El Viaje de Chihiro, ya la puedes ir preparando, que me has dejado con todas las ganas!

Khris dijo...

Muajajaja!!! Esto funciona! XD

Eso sí, como hoy, Domingo, no pueda ir a Salamanca porque parte del camino está nevado... pero supongo que si no llegaré mañana por la tarde-noche.

Me alegro que nadie mencione lo repetitivo que soy en el comentario y lo mal que me expreso a veces (casi mne asusto leyéndolo xD ), es lo que tiene eso de que tus pensamientos vayan más rápido que tus manos en ciertos momentos.